La primera parada fue Bath, una preciosa y amable ciudad, a escala humana, con un estilo muy British y llena de coquetos cafés y tiendas con amplios escaparates.


Allí teníamos una cita con el equipo de la revista Mollie Makes, tomando un té con una dulce porción de pastel pasamos un muy buen rato hablando sin parar de “nuestro mundo”. Por supuesto, yo no me podía ir sin agradecerles personalmente el maravilloso articulo que dedicaron a Keboniko en el primer número de la revista... Thanks forever Mollie's team!!!

Ya que estabamos en Bath aprovechamos para visitar un montón de tiendas, algunas muy crafties como The Makery (llena de telas, botones, cintas...) y Wool (un pequeño paraíso para Lady Crochet), otras de estilo British como Cath Kidston y también un anticuario regentado por una peculiar mujer (aquí fue Caterina quién se encontraba como pez en el agua buscando tesoros del pasado).
El cuerpo nos pedía una parada y sin saberlo nos esperaba una agradable y larga cena, tuvimos mucha suerte y a la primera encontramos “nuestro pub”. Sí, digo nuestro porque parecía que nos lo hubiesen hecho a medida. Una planta entera para nosotras, un sofá espectacular para estar a nuestras anchas y la luz ideal para que Inge y Caterina se divirtieran haciendo fotos... y yo de mientras las miraba pensando que me sentía feliz y afortunada de poder vivir aquel momento y que a veces los deseos e ilusiones se cumplen... solo es cuestión de proponérselo.
Y mañana: nuestra aventuras por Londres!!!